La pandemia del COVID-19:

                 Ecos del pasado durante una crisis multifacética

Una mujer en una manifestación anti-mascarilla en Madison, el 23 de julio, 2020. La Radio Pública de Wisconsin (WPR). Foto de Angela Major. 

    

   En diciembre de 2019, el primer caso confirmado de la enfermedad causada por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave de tipo 2 (SARS-CoV-2, ahora conocido como el COVID-19), fue identificado en Wuhan, China. Desde entonces, la enfermedad contagiosa se ha propagado por todo el mundo, y el COVID-19 se ha hecho una realidad peligrosa e inevitable para poblaciones alrededor del globo.  
 
En los Estados Unidos, la pandemia ha recalcado los peligros de la desinformación y la desconfianza hacia los oficiales de salud pública que se sembró en épocas anteriores. Las teorías de la conspiración, la desinformación y la politización de la crisis de salud pública han provocado la indecisión sobre la vacunación y una falta de confianza hacia las medidas de salud pública en algunas áreas, además de innumerables cantidades de muertes prevenibles. La resistencia a las medidas de prevención como el uso de mascarillas ha recordado a los errores hechos durante la pandemia de 1918.  
 
Con la aprobación de vacunaciones eficaces en los primeros meses de 2021, las tasas de muerte y hospitalización en los Estados Unidos cayeron mientras la tasa de vacunación subió. Todavía, en algunas regiones del país, la indecisión hacia la vacunación permanece. Con el aumento de la variante Delta, una nueva cepa del virus que es 60% más contagiosa que el virus original del SARS-CoV-2, una grave amenaza a la salud pública permanece activa, especialmente para las poblaciones no vacunadas. 
 

Muertes diarias confirmadas del COVID-19, promedio de una semana. 

Dane, WI. Coburn Dukehart/Wisconsin Center for Investigative Journalism [Centro de Periodismo Investigativo de Wisconsin]. 

 

   La investigación ha revelado que la pandemia del COVID-19 ha afectado a las comunidades negras, latinas e indígenas desproporcionadamente, subrayando las disparidades existentes y vastas en el acceso a la asistencia médica en los Estados Unidos. Además de esto, las regiones rurales se enfrentan a una batalla dura contra el virus. La pobreza, la falta de infraestructura y un sistema de asistencia médica sobrecargado han permitido la transmisión desenfrenada. Entre octubre de 2020 y abril de 2021, las áreas rurales sufrieron más casos cumulativos del COVID-19 que los lugares urbanos. Como resultado, los residentes rurales representan más del 16 por ciento de las muertes nuevas del COVID-19 hasta febrero de 2021, aunque solo representan el 14 por ciento de la población total. 
 
¿Cómo afecta esta situación a los trabajadores migrantes? Desafortunadamente, son vulnerables a brotes y otras preocupaciones de salud graves. El trabajo agrícola permanece una de las ocupaciones más peligrosas en los Estados Unidos y alrededor del mundo. La demanda física de largas horas con ganado y maquinaria pesada significa que los trabajadores agrícolas están en alto riesgo de fatalidad, lesión, y enfermedad. En 2015, el 25 por ciento de las fatalidades en el lugar de trabajo en Wisconsin tuvo lugar en una granja. 
 

Roberto Tecpile, de México, trabaja con un ternero en la granja productora de lácteos de Rosenholm en Cochrane, WI. 2018. Caroline Yang/ HUFFPOST.

En los Estados Unidos, los inmigrantes representan aproximadamente el 51 por ciento de todos los trabajadores lecheros en el país, muchos de ellos siendo indocumentados. Las interrupciones en las reservas de alimentos durante la pandemia del COVID-19 han hecho que se vuelva a centrar la atención en el papel clave que los trabajadores migrantes tienen en la agricultura estadounidense, con unos exigiendo un camino hacia la ciudadanía para los trabajadores. 
 
Estas poblaciones se enfrentan a riesgos elevados del COVID-19 por factores como las condiciones de vivienda y ocupación abarrotadas y la falta de protecciones en el lugar de trabajo. También se enfrentan a obstáculos graves a la asistencia médica, incluyendo la falta de seguro, la licencia por enfermedad y transportación, además de la inseguridad de ingreso, los obstáculos de comunicación, y el miedo de buscar asistencia médica debido al estatus legal. 
 
En abril de 2020, el gobernador Tony Evers de Wisconsin hizo una orden de emergencia de que los cultivadores necesitaban proveer mascarillas e implementar el distanciamiento social y buenas medidas de sanitación para proteger a miles de trabajadores migrantes en las granjas del estado contra el COVID-19. Para muchos empleadores, la seguridad de la fuerza laboral migrante durante la pandemia se volvió una prioridad; sin empleados saludables, los cultivos no se pueden cosechar. 

 

 

"[L]os enfermeros, son los únicos que visitan los ranchos, no más...[Q]ue vengan los del condado, que vengan enfermeros por parte del condado...No han venido. No. A un año de la pandemia..." 

                            -—Trabajador agrícola de WI, anónimo 

 

Una trabajadora agrícola latina recibe una vacunación contra el COVID-19 en una clínica rural en abril de 2021. 

 

   En la primavera de 2021, los programas de Historia Pública, Idiomas, Estudios Latinos y Latinoamericanos y Enfermería de la Universidad de Wisconsin-Eau Claire lanzaron un proyecto de historia oral para documentar la pandemia del COVID-19 y sus efectos en los trabajadores agrícolas latinos, quienes son la columna vertebral de la distintiva industria lechera de Wisconsin, aunque frecuentemente se olvida de ellos. En las clínicas comunitarias de vacunación, los trabajadores agrícolas expresaron sus ansiedades sobre la pandemia y sus efectos, principalmente, en las familias y la capacidad de mantener el trabajo. 

Como trabajadores esenciales, los empleados de granjas rurales no pueden trabajar en casa, y necesitan tener buena salud para mantener a sus familias. Muchos trabajadores migrantes percibían la vacunación como un compromiso con sus familias, amigos, y la comunidad, tanto en los Estados Unidos como en México, revelando lazos entre el Wisconsin rural y comunidades mexicanas que siguen fuertes a pesar de la distancia. Para estos trabajadores, la vacunación contra el COVID-19 es una decisión personal y social que afecta al individuo y la salud pública.

 

"[T]enemos un hijo...¿Quién lo va a cuidar?...¿Qué si yo me enfermo?...Pues nos preocupaba que si algo nos pasaba, ¿que quién iba a trabajar para darle lo necesario a mi hijo. ¿Cómo vamos a comprar comida?...Porque, pues sí, sí fue mucha preocupación. Por eso iba a afectar mucho en el trabajo y en la economía. Pues que ni se diga, porque, pues si no trabajas no tienes dinero."     

         

                                                         —Trabajador agrícola de WI, anónimo 

 

Estadísticas Resumidas del COVID-19 en Wisconsin resumidas y actualizadas diariamente por el Wisconsin Department of Health Services [Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin].
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